sábado, 13 de febrero de 2010

Billy Elliot, un claro ejemplo de como enfrentarse a una sociedad intolerante


Estamos ante una de esas películas que reflejan hechos más cercanos a lo real que a lo ficticio. Desde la ambientación hasta su personaje principal, el joven Billy, todo transmite sencillez y cercanía. En el fondo la película cuenta la típica historia de superación personal y de lucha por conseguir lo que muchos no entienden. La vocación por la danza hace que Billy Elliot luche por su sueño, enfrentándose incluso a su familia. Es difícil comprender el mundo desde la perspectiva de un niño, lo que no es tan difícil es recordar que cuando éramos niños (aunque todos llevamos a uno dentro), la ilusión y la curiosidad conducían nuestras vidas, y que aunque los acontecimientos nos alejen de esa idea primaria, cada día de nuestra vida algo nos evocará a ese espíritu infantil.

Billy Elliot, sin duda nos hace ver que la vida es una lucha existencial, una lucha para la que muchas personas no llegan a estar preparadas en toda su vida. Pero, el pequeño Elliot, asume su papel en el mundo y le planta cara. No le importa ser el único chico que baila, aunque eso le conlleve ser tildado de homosexual. No duda en enfrentarse a la autoridad paterna por algo que considera justo.

La película puede ayudar tanto a niños como a padres y profesores. A los niños les inspirará fuerza. La fuerza necesaria para seguir creciendo con una identidad propia, sin miedo a que prejuicios sociales puedan poner freno a sus ensoñaciones y/o cualidades. Los profesores encontrarán en ella la motivación para no dejar de aprender y seguir el eterno camino hacia la consciencia de uno mismo. Los padres deberían observar en ella lo difícil que es para un niño de esa edad sentirse diferente y que ello sea motivo de disputa.

En definitiva, un filme muy bueno, muy premiado y con tintes comerciales, que no obstante transmite una serie de valores y muestra una situación que no es propia ni de ninguna época en concreto, ni de ningún lugar. Y todo ello reflejado en la figura de este niño que más allá de luchar por bailar, lo hace por sobrevivir y encontrarse como persona.

1 comentarios:

Unknown dijo...

La verdad es que es una de esas películas que tengo pendientes. Por supuesto que tras leer tu entrada, me entran más ganas de verla.

Sigue así.